CONCIERTO DE AÑO NUEVO 2009 desde VIENA

Cuando era niña recuerdo que todos los primeros de año me despertaba con el sonido de la música de los Strauss que salía de la radio que mi madre tenía en la cocina de casa. Como cada año, Radio Nacional de España y Televisión Española emitían el Concierto de Año Nuevo desde Viena.
Me encantaba salir de mi habitación bailando al son de un precioso vals, o de una graciosa polka, o de un frenético galop. Y la realidad es que ya no concibo un 1 de enero sin el concierto de la Filarmónica de Viena... y los posteriores saltos de esquí; se han vuelto una tradición, de esas que deberían de transmitirse de padres a hijos.

Este año es Daniel Baremboim el que dirige, por primera vez, a los profesores de la Filarmónica de Viena en esa maravillosa sala que es el Musikverain, una de las mejores del mundo por su belleza e increíble acústica. Como cada año, la veremos engalanada con miles de flores llegadas desde Liguria, Italia.
Como curiosidad, este año escucharemos una obra con título español, el Valse espagnole del compositor austríaco Josef Hellmesberger.
Así que, después de las tradicionales uvas, a la cama pronto para estar descansados para escuchar a la mañana siguiente, entre otras obras, el vals de El Danubio azul de Johann Strauss (hijo) seguido de la Marcha Radetzky.
Se lo aseguro, empezarán el año llenos de alegría, optimismo y buenas vibraciones.

Giacomo PUCCINI, el amor inmortal

Tal día como ayer hace 150 años, un 22 de diciembre del año 1858, nacío en Lucca, un pequeño pueblo de la Toscana, Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, famoso compositor de óperas como La Boheme, Tosca, Manon Lescaut, Turandot, etc.
Puccini fue un compositor de melodías, algunas de ellas, sin duda, de las más hermosas de la literatura universal, pero también lo fue de historias. Historias de amor, de celos, de traiciones, en las que las mujeres, sus mujeres, tienen siempre el peso del argumento.
Hoy voy a compartir con vosotros un aria que ya pertenece a la cultura popular en todo el mundo, el "Nessun dorma" (que nadie duerma), de su última ópera, Turandot.
Para los que no conozcan la trama argumental, les contaré en unas pocas líneas lo que está sucediendo en ese momento de la ópera: Calaf, príncipe Tártaro, cuyo nombre es desconocido por Turandot y su corte, responde correctamente a las adivinanzas después de lo cual, Turandot quiere renunciar inmediatamente a su parte del acuerdo (casarse con aquél que supere dichas pruebas). El príncipe acepta galantemente morir si Turandot puede adivinar su nombre antes de que amanezca, por lo que ella ordena que nadie duerma aquella noche en Pekín, mientras sus guardias buscan en la ciudad a alguien que pueda conocer al príncipe.

Calaf canta, ¡Mas mi misterio se encierra en mí, mi nombre nadie sabrá! ¡No, no, sobre tu boca lo diré, cuando resplandezca la luz! ¡Mi beso deshará el silencio que te hace mía! ¡Noche, disípate!¡Estrellas, ocultaos! ¡Estrellas, ocultaos! ¡Al alba venceré! ¡Venceré, venceré!

En mi humilde opinión de aficionada a la ópera, si hay alguien que se ha reencarnado en el espíritu de Calaf, y que ha conquistado eternamente el corazón de la princesa Turandot y el de todos y cada uno de los humanos, ese es, Luciano Pavarotti. Su "nessun dorma" se convirtió, a lo largo de su carrera, en su firma y en su carta de presentación.

Escuchemos al Maestro, ¡que nadie duerma! ¡nessun dorma!

Recomendaciones fin de semana MÚSICA

Cada semana les recomendaré desde este blog algunos de los espectáculos, conciertos, exposiciones, etc, que a priori y desde mi punto de vista, no deberían perderse (Comunidad de Madrid).

- El violinista Vadim Repin, la ONE y el concierto para violín de Tchaikovski en el Auditorio Nacional, días 19 y 20 y 21 de diciembre.

- Concierto de Voces para la Paz, en el Auditorio Nacional, el 21 de diciembre, algunos de los músicos de las cuatro orquestas de Madrid y de la Banda Municipal bajo la batuta de José Ramón Encinar. ¡Una buena manera de ser solidarios!

Gennadi ULIBIN, pintor hiperrealista


Por petición popular voy a hablaros de Gennadi Ulibin, el autor de la pintura que dignifica la portada de este blog.
Sí, han leído bien, pintura, lo que están viendo no es una fotografía, es una pintura de un gran maestro del hiperrealismo. Este pintor de origen ruso, nacido en 1973 y licenciado en la Academia de Bellas Artes de San Petesburgo se está convirtiendo en objeto de deseo de inversores y especialistas en arte de medio mundo. Lleva varios años afincado en España y en mi caso, tuve oportunidad de conocer su obra en la Galería Castelló 120 de Madrid, en donde expuso parte de ella hace unos años.
Es muy difícil calificar su forma de percibir el mundo con calificativos terrenales. Cuando te plantas delante de una de sus pinturas, y después de haberte dejado de sorprender de su maravillosa técnica, sientes cómo te transporta a un mundo de ensueño, a veces apocalíptico, otras veces sensual y evocador, en otras, simplemente inhumano.
En la mayor parte de su obra hay una constante, el cuerpo humano femenino, siempre desnudo, a menudo situado en dunas o en playas de fina arena, o rodeado de agua, con la visión más o menos cercana de lo que podrían ser objetos extraterrestes, o recuerdos de edificios emblemáticos, como es el caso del que ilustra este comentario, o de objetos sobredimensionados, como instrumentos de viento o un simple reloj de arena.
Imposible no dejarse hechizar por una forma de pintura que, desgraciadamente, no está al alcance del bolsillo de la mayoría.
Desde aquí mi propósito de iros mostrando parte de su maravillosa obra en sucesivos post.

Hilary Hahn plays Bach, único

Pocas palabras caben ante una recreación tan maravillosa de este andante de la segunda sonata para violín solo de Bach.

Hilary Hahn no ha alcanzado aún los treinta años de edad, sin embargo demuestra una madured musical e intelectual excepcional. Su dominio del arco es realmente asombroso, su afinación es impecable y el sonido que es capaz de sacar a su Vuillaume, único.

Cierro los ojos y a disfrutar durante algo más de cuatro minutos, ¿merece la pena el esfuerzo?