Giacomo PUCCINI, el amor inmortal

Tal día como ayer hace 150 años, un 22 de diciembre del año 1858, nacío en Lucca, un pequeño pueblo de la Toscana, Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, famoso compositor de óperas como La Boheme, Tosca, Manon Lescaut, Turandot, etc.
Puccini fue un compositor de melodías, algunas de ellas, sin duda, de las más hermosas de la literatura universal, pero también lo fue de historias. Historias de amor, de celos, de traiciones, en las que las mujeres, sus mujeres, tienen siempre el peso del argumento.
Hoy voy a compartir con vosotros un aria que ya pertenece a la cultura popular en todo el mundo, el "Nessun dorma" (que nadie duerma), de su última ópera, Turandot.
Para los que no conozcan la trama argumental, les contaré en unas pocas líneas lo que está sucediendo en ese momento de la ópera: Calaf, príncipe Tártaro, cuyo nombre es desconocido por Turandot y su corte, responde correctamente a las adivinanzas después de lo cual, Turandot quiere renunciar inmediatamente a su parte del acuerdo (casarse con aquél que supere dichas pruebas). El príncipe acepta galantemente morir si Turandot puede adivinar su nombre antes de que amanezca, por lo que ella ordena que nadie duerma aquella noche en Pekín, mientras sus guardias buscan en la ciudad a alguien que pueda conocer al príncipe.

Calaf canta, ¡Mas mi misterio se encierra en mí, mi nombre nadie sabrá! ¡No, no, sobre tu boca lo diré, cuando resplandezca la luz! ¡Mi beso deshará el silencio que te hace mía! ¡Noche, disípate!¡Estrellas, ocultaos! ¡Estrellas, ocultaos! ¡Al alba venceré! ¡Venceré, venceré!

En mi humilde opinión de aficionada a la ópera, si hay alguien que se ha reencarnado en el espíritu de Calaf, y que ha conquistado eternamente el corazón de la princesa Turandot y el de todos y cada uno de los humanos, ese es, Luciano Pavarotti. Su "nessun dorma" se convirtió, a lo largo de su carrera, en su firma y en su carta de presentación.

Escuchemos al Maestro, ¡que nadie duerma! ¡nessun dorma!

No hay comentarios: